martes, 20 de mayo de 2008

PRESENTACIÓN - Carlos Zúñiga Segura



Agua de Vida representa el dato, la vida la energía del dato, su disparo al corazón. En estos poemas que se amalgaman en La Manzana Mordida No. 63 consagrada al poeta Pedro López Ganvini, está el pulso de la vida, sus tinieblas e iluminaciones, el tiempo que registra nuestro itinerario o en el frágil navío de la existencia presurosa y anhelante.

Los florecimientos de Pedro López, trascienden signos y aromas vigorosos, su permanente asunción en torno a la dimensión del tiempo y la vida. Pedro López se consagra a la poesía como creador y artífice de eventos culturales en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, en esa vital consagración que implica un hacerse y deshacerse en las estancias culturales está la evidencia de una pasión, de la fe que enciende la sangre entre el encantamiento del sueño y la realidad real.

Carlos Zúñiga Segura
Director revista La Manzana mordida
Marbella, agosto 2005

LA EMOCIÓN PERFECCIONADA - César Toro Montalvo

Pedro López Ganvini es de esos poetas jóvenes del Perú que transitan por los terrenos de la novedad poética. A partir de este libro: desórdenes, el logro resulta beneficioso para el desarrollo de la joven poesía peruana actual. Pero para los lectores que no han conocido Paralelo 69, de López Ganvini, la factura de mostrar sus poesías en páginas de distintos colores y gramajes; nos indica que el poeta mantiene un gesto original de presentar sus poemas.

Desórdenes es un poemario en que la disposición de sus textos se presentan en “desórdenes” sin la particularidad consabida y tradicional. Todo lo contrario, los poemas (algunos llevan títulos, otros no) están allí en exhibición desordenada, pero recreadora o sugerentes. Muchos de ellos se presentan en forma geométrica: hacia abajo, hacia arriba, de costado (hacia abajo o de costado, cruzado), en letra ológrafa, o impreso en página negra (con tipos en blanco), en forma aérea, etc. Claro está, que sólo es lo correspondiente a la disposición de los textos. Algo de la poesía visual o espacial sugieren su disposición textual. desórdenes incursiona ya en la poesía visual.

El tema paradigmático de desórdenes es el erotismo del amor. La contemplación amorosa y el tránsito a sus sensaciones enriquecen los sentidos. De este modo, el poeta es un presente anunciador que postula versos de agitación amorosa. Habrá que señalar también, que el tema de la vida está presente. Para el caso se anuncia dramático, audible, en zozobra, olvido desesperado, latente; embebido de cerveza y sus consabidas pasiones.

López Ganvini, es asimismo un poeta andino, de cuyas vivencias se nutren y enriquecen. La soledad, la desesperanza, las mareas, el haylli, las canciones andinas, el sexo, la catarsis, las heridas, el recuerdo, la muerte, la locura, el desorden, el mañana, la existencia, el lustrabotas, el amigo, el dolor quebrado, el casado, etc., son los otros temas que entremezclados asumen polivalencias poéticas varias.

Se entiende al poeta desde la sinceridad de sus versos escritos en lenguaje directo, claro o diáfano. Pedro López Ganvini posee esas características. El desorden que aparentemente exhibe es similar al desorden que el universo nos presenta en estas emociones temáticas. Desde allí, la presencia del poeta es un creador omnisciente que lo sabe todo; sobre todo, el tema del amor, que resulta la emoción perfeccionada desde las aristas poliédricas en las que las presenta. Saludo con viva emoción la aparición de desórdenes, el libro de la madurez poética de Pedro López Ganvini.

César Toro Montalvo (2002)

SUTILEZAS DE LA PALABRA - Juan Rivera Saavedra

Tenemos suerte que el Perú, sea cuna de muchos poetas, seres que no han perdido la inocencia, la pureza, la terca persistencia por develar la vida en el transcurso de sus existencias. Así que somos un país de seres privilegiados.

La palabra en el poeta, no sólo informa, comunica, sino que expresa emociones, sensaciones, sentimientos, e ideas. Él, la transforma para darle otros significados; se vale de los sonidos que despliegan las palabras; altera el orden de las mismas en la construcción de sus versos; así como, la lógica cotidiana de las expresiones; todo esto para hacer brotar, emanar sutilezas de la palabra, para arrancar de ella otros sentidos, para restregar las palabras, sobre la hoja de papel y, descubrir nuevas facetas, aspectos distintos, nuevas vidas.

Hay poetas que nos hacen pensar, y otros, sentir. Pedro López Ganvini, pertenece —sin lugar a dudas— a este segundo grupo.

Pedro, se acerca —en este poemario—, a la sociedad a través de un tema: el sexo, que en gran parte de su obra se manifiesta en una relación violenta, dolorosa, que al finalizar se torna serena.
Este tercer libro de López Ganvini, no es su inicio en el largo camino de la poesía. Es, su tercer libro. Porque “caminante, no hay camino... se hace camino al andar”.

Juan Rivera Saavedra (2001)

MEMORIAS DE UNA RATA - Carlos Eduardo Zavaleta

Es un autor que en los últimos dos años ha publicado tres libros; y éste último, el de esta tarde, tiene un título valiente, provocador, que pocos se atreverían a pronunciar; se titula Memorias de una rata, pero narrado con tanta astucia, que detrás de ese título, quizá desagradable para algunos, él lo usa como señuelo, y fija mejor su tema con una cita de Nicolai Ostrovski, que es un elogio a la vida. O sea, pues, que esto que aparentemente va a ser algo como una provocación o una burla, tiene un cimiento ideológico, que está dado por Ostrovski en su libro Asi se templó el acero.

O sea, pues, estamos en un camino en que ni el bien ni el mal están todavía visibles, pero lo que ya de antemano él nos expresa es que ha tomado partido, a pesar de este título de la rata, que puede ser desagradable, a pesar de Memorias de una rata, a pesar de eso, está de lado del elogio de la vida y la dignidad y la limpieza, es una especie de advertencia para aquellos que la han corrompido o que pretenden corromperla.

¿Cuál podría ser esa enfermedad estúpida o esa casualidad trágica?
¿Acaso ver que algunos miembros de la sociedad se transforman en ratas, así como Kafka los transformó en escarabajos irrevocables?. Quizá este umbral es sólo un truco para asustarnos, más allá podemos incluso tocar algunas noches, el cielo y llegar hasta el centro del amor. En verdad oscilamos entre dos puntos y dos mundos, lo horrible y lo bello.

El primer mundo está descrito claramente:
«Reconocer ser una alimaña o una rata,
ofendiendo ese ser,
es justificar lo miserable que
conscientemente se es.
Pero es deliciosa la multiplicidad
de placer con ellas».

Hay un mundo nocturno, distinto, desordenado, que existe sobriamente dentro de nosotros, entonces ahí él da su oráculo del mal; las maldades tremendas, las escondidas, las verdaderas, las propuestas, soñadas o mentadas para mañana, pero desgraciadamente realizadas ayer.

De este oráculo del mal hay que acordamos cuando veamos este tipo de poemas, para damos cuenta de que éstos buscan justamente el centro de las cosas, centran el meollo, sientan aquello que es oscuro y es indivisible para los neófitos.

Y hay otro poema, diametralmente distinto, titulado simbólicamente Agua de vida; qué hermoso título:

«Me encanta recorrer tus curvas y tropezar.
Caer a tus abismos y en tus aguas
extasiarme de tus crestas y tus olas.
Tragar tus aguas y tus algas.
Besar la arena
y de placer ahogarme con tus delirios y tus sabias
envolviéndome por tus olas
hasta quedar desnudo a tus pies y
pegado a tu vientre lamiendo
agua salada»

Es hermoso el poema, el amor dentro de la memoria de una rata; es el mismo amor sublime que nosotros podemos soñar, o tal vez un día, por un minuto, gozar, ¿qué diferencia hay?. Allí en ese submundo también puede haber una aspiración profundamente humana.

Por este camino vanguardista, y tal vez con el ejemplo de César Moro, de Alberto Hidalgo o de Xavier Abril, Pedro nos lleva hasta su concepción de los límites inexpugnables de la vida, hasta el llamado pecado original. Y se atreve también a confesarse como un torturado por la vagina, suponiendo ser el único, cuando habernos muchos hombres y mujeres torturados por aquel símbolo enigmático e inicial.

Pero, poco a poco, debajo de este indicador y dominador de monstruos que es el poeta, ojalá éste venciera, dominara, porque estamos en una época en que parece que nadie domina a las ratas, y que cada día surgen más. Debajo de esos monstruos vivos el niño ingenuo, campesino, encuentra pleno de felicidad, un campo de cebada fresca, que le recuerda a su tierra natal, el Callejón de Huaylas, Caraz.

Y de ese concepto: paisaje, pintura de la cebada fresca, pasa como contrapunto a descifrar el turbio Rímac, otra confesión de que no le gusta mucho Lima, lo que ya se preveía en un provinciano. Cuando él quiere viajar así fuese en un ómnibus común y corriente, de esos que se caen cada noche por la carretera hacia Chimbote o al Callejón de Huaylas, el deseo no puede cumplirse, porque no tiene dinero suficiente para pagar el pasaje y así el poema se titula Nostalgia sin pasaje, es uno de los más hermosos que ha podido producir la pobreza en el Perú, cuando aquel que quiere regresar a su patria pequeña, a su terruño inolvidable, no puede porque le falta el dinero. Nostalgia sin pasaje, es en verdad un canto a la pobreza, pero también a las triquiñuelas y vivezas criollas de los choferes que no parten si no hay pasajeros suficientes. El poeta Pedro López, sin duda, el mismo estudiante y luego ciudadano, sintió ese dolor ante el ómnibus que no partía a su terruño:

«40 asientos libres
No es rentable, dicen,
Parece que no veré a la familia
este fin de semana
Espero me crean»

¿Por qué no vamos a creerle? Si hay tantos tropiezos actuales para el provinciano, y cuando por fin tenga suerte y llegue a su pueblo natal ¿qué ha de encontrar en esas poblaciones olvidadas, abandonadas, fantasmales, a las cuales todavía no llegan siquiera los siglos XIX y XX? y ¿qué le impresionará más de ese pequeño pueblo casi desierto? El poeta está aquí en su faceta romántica, alejado de la vanguardista, y las cosas se presentan más limpias, más cercanas al corazón.

En su faceta romántica nos describe El entierro en mi pueblo, de un libro anterior que también es muy hermoso llamado Paralelo 69, qué puede encontrar el provinciano que ha deseado tanto llegar a su tierra.

El no es un fatalista, como lo hemos dicho, él puede haber escarbado en el mundo nocturno de lo que llama ratas, pero él siempre ha sido un partidario de la vida, un partidario del amor; sobre todo de su terruño, al que regresa él.

En resumen, un libro, o mejor aún, un poeta interesantísimo, variado, atrevido, vanguardista por sus temas osados y su léxico sin barrera. Aunque también él sea nostálgico y romántico, todo a la vez, como debe serlo un hombre de corazón joven, abierto, valiente y en busca de la belleza. Pero también, y eso es muy importante, de la justicia, y sobre todo, de la justicia social en nuestro país.

Carlos Eduardo Zavaleta (2002)

REGUSTO POR LO ERÓTICO - Manuel Pantigoso Pecero

Periodista de profesión, se graduó en Ciencias de la Comunicación en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Como poeta ha publicado: Concierto de Romance (2000), Paralelo 69 (2001), Memorias de una rata (2001) y desórdenes (2002). Tiene a su cargo la revista mensual de poesía «El rincón del loco».

Con espontaneidad López Ganvini recrea pasajes poéticos con un marcado regusto por lo erótico y un especial afán desacralizador, como fuerzas liberadoras de la palabra. Identificado profundamente con su terruño (Caraz) nos ofrece, al lado, una lírica cosmopolita más afín con los centros hegemónicos, como puede observarse especialmente en desórdenes (2002) en donde la visualidad y el ludismo verbal refrescan una vanguardia que descubre a un atento lector próximo a esa modalidad poética. De esta manera aparecen en sus textos rupturas, contrastes, desarmonías formales que muestran su predisposición para poetizar alrededor de los opuestos: lo lejano y lo próximo, lo que se ve y lo que se imagina, lo real y lo irreal, lo que se va y se dice y lo que se queda y no se dice. Esta actitud dialéctica se relaciona con el mundo andino y con lo que se superpone a él: los elementos propios de la ciudad y de la civilización moderna. Dentro de su inclinación por la vanguardia ha de surgir lo oriundo, aquello pasible de ser visualizado en esa atmósfera proveniente de la naturaleza, de la quietud del campo, de los personajes sencillos y humanos. De allí que sus poemas tengan la impronta del huayno y de las canciones populares andinas («me acurruco entre versos/ y frazadas de tus besos/ intento morir en paz») en donde, además de los elementos citados, se filtra cierta nostalgia y una indudable intención social.

Manuel Pantigoso Pecero

SILUETAS DEL TIEMPO: La poesía en el departamento Ricardo González Vigil

Una tarea impostergable: recoger el fecundo acervo poético de cada departamento del Perú, explorando minuciosamente no sólo los libros y las plaquetas publicadas, sino los diarios y revistas. El exiguo tiraje de los impresos de poesía y la escasa distribución que logran fuera de su localidad conspiran para que se conozca adecuadamente su contribución a la literatura nacional.

De ahí la importancia de la obra que estamos presentando: Siluetas de tiempo, del destacado escritor caracino Pedro López Ganvini. A su sensibilidad de fino poeta, agrega su generosidad y su amplitud de criterio fuera de lo común mostradas a lo largo de su fructífera trayectoria cultural, ya sea conduciendo el programa radial —de comunión con la naturaleza— Ecoturismo (2000), ya sea dirigiendo la revista de poesía EL rincón del loco y la revista de folclor Sentimiento andino. Añade su tenacidad, su amor al terruño, su capacidad de trabajo, su firme deseo de cumplir una meta lo mejor posible, para comprender que resultaba la persona indicada para investigar, con amor y sapiencia, durante décadas, «La poesía en el departamento de Ancash», conforme señala el subtítulo de esta obra.

Antes que él, César Ángeles Caballero, Román Obregón Figueroa y Jesús Cabel, entre otros, amén del relevante volumen colectivo Ancash: historia y cultura (1989), habían dado a conocer el legado poético ancashino. López Ganvini toma la posta y enriquece el panorama con un impresionante caudal de más de 200 poetas correspondientes a las 20 provincias de Ancash, corpus que ocupará dos tomos. En el prólogo, explica su designio de brindar un «inventario», con todo tipo de poetas del departamento, desde el siglo XIX hasta el presente; la mayoría son voces olvidadas o desconocidas, no consideradas en las antologías regionales y, menos aún, nacionales.

López Ganvini confía que algunos de estos nombres obtendrán el reconocimiento de los «antologadores que reúnen poetas para antologías nacionales» (p. IX). En todo caso, anuncia que emprenderá, a continuación, «la elaboración de una Antología mayor de la poesía contemporánea del departamento de Ancash donde pueda seleccionar a un grupo representativo y cuya producción sea conocida y reconocida en el mundo literario nacional y latinoamericano» (p. XI).

En este primer tomo de su «inventario» (o «índice», conforme alguna vez Luis Alberto Sánchez tituló un muestrario de la poesía peruana contemporánea), López Ganvini considera 152 autores, correspondientes a cinco provincias. La mayoría de las composiciones ostentan las huellas de tres estilos o tendencias literarias: romanticismo, modernismo y nativismo indigenista. Los que poseen más rasgos personales y recursos expresivos, a nuestro juicio, son Jorge César Alvarado Gómez, Jorge Ita Gómez y Teófilo Villacorta Cahuide, en lo concerniente a la provincia de Aija; Livio Gómez (una voz muy consagrada) y Zósimo Flores Calderón, en la provincia de Bolognesi; Rosa Cerna Guardia (un nombre descollante), Octavio Hinostroza Figueroa (conocido por su seudónimo Gabriel Delande, padre del gran poeta Rodolfo Hinostroza), Marcos Yauri Montero (escritor laureado), Aurelio Arnao (más celebrado como narrador), Violeta Ardiles Poma, Néstor Espinoza y Macedonio Villarán, elenco sustancioso de la provincia de Huaraz; Teófilo Maguiña Cueva, en la provincia de Huari; y Óscar Colchado Lucio (narrador y poeta sobresaliente), César Ángeles Caballero (poeta y crítico de renombre), Román Obregón Figueroa, Luis Espinoza Alcedo, Néstor Rivero Támara y el propio Pedro López Ganvini, en la provincia de Huaylas (Caraz).

Ricardo González Vigil (2004)

AMORES BURROS Y OTROS AMORES DE LÓPEZ GANVINI - Enrique Verástegui

AMORES BURROS Y OTROS AMORES DE LÓPEZ GANVINI

Pedro López Ganvini, nació en Caraz en 1966 y se graduó de periodista en la Universidad Inca Garcilaso de la Vega. Ha publicado cuatro libros de poesía: Concierto de romance, Paralelo 69, Desórdenes, Memorias de una rata, y ahora publica Amores burros y otros. Como sus otros libros, este penetra más que en los misterios del sexo, en los «ministerios» del sexo social: no el romanticismo de las parejas que se aman sino la práctica de una sexualidad culpable, aquella de los gerentes que violan (tienen una mujer en casa y otra en la oficina) a sus propias secretarias.

Este poeta que transita por las calles de Lima no entiende la cultura como el producto de una elite sino como denuncia de las atrocidades que ocurren en la vida social de Perú. En alguna parte de su presente poemario dirá que no le interesan los libros de las grandes editoriales sino sólo aquellos que encuentra arrojados en los pisos de la avenida Grau. A su modo, como lo es Leoncio Bueno, por ejemplo, es el poeta del pueblo que protesta por tantas injusticias —y se trata de un sistema introyectado en el individuo— es la de la violación de las secretarias:

Esbelta con los muslos entreabiertos y semi descubiertos por un separador de texto
que acompaña el resaltador de texto que hace sobresalir sus volcanes
que piden mayor revisión
Te dibujo con la pluma
y corrijo tus errores y los afino y lo pongo a punto
a punto de sal y azúcar

donde el trabajo de oficina sirve para que el gerente, o cualquier funcionario, viole las reglas de la sana convivencia por las del «amor burro», que es cuando el poder —ese que ejerce el sistema introyectado en el individuo— seduce a la secretaria.

En realidad, lo que hace Pedro López Ganvini es escandalizar a la sociedad peruana con tantas violaciones que se cometen en unas oficina donde lo que debe primar es el buen orden y la elegancia. Sin embargo, el poeta está denunciando estos atropellos no ya a la moral sino a la feliz relación que debe existir entre las parejas y que no existe precisamente porque la legislación del «acoso sexual» es callada con un despido de las planillas o con una alteración de los hechos que ocurren entre las cuatro paredes de una oficina donde la secretaria es acusada de abusar del gerente. Si esto es así en Lima no queda otra cosa que realizar una razzia entre quienes tienen doble moral. Una doble moral que es la característica peruana que ya tantos libros han denunciado y a la que se agrega este libro de Pedro López Ganvini; un libro para que las secretarias no caigan en manos de gerentes inescrupulosos.

Enrique Verástegui (2004)

SOBRE LOS POEMAS DE PEDRO - Lucas Lavado

Los poetas son seres extraños que van escondidos en el cuerpo y presencia de seres humanos normales que trajinan las calles como todos y viven mimetizados en la muchedumbre y en los grupos. Sólo se delatan cuando escriben, es cuando muestra sus entrañas sin rubor o quizá con pánico de verse desnudos en toda su humanidad. Falta saber si entonces están actuando, con todo, los poetas se hacen a fuego lento en la fragua de las peripecias de la vida diaria.

Pedro López Ganvini trabaja sus poemas donde por momentos intenta escribir con sus cojones puestos en las cosas que piensa y dice. Pero también por momentos con el peso del temor a pronunciar o escribir mierda. No creo que sea por temor a afear el poema. Puede que en este esfuerzo intente domesticar sus demonios serranos, claro, porque éstos los conozco: son diferentes que aquellos que habitan en el mundo costeño y limeño. Amor y mundo contenido e incontinente:

“Sólo en silencio se dice
se habla, se sueña
se convence y se ama”

Pedro López escribe poemas y se delata, está encerrado en el mundo andino y como que se escabulle, lleva en su alforja la pena del desarraigo. Entre el amor y la denuncia, entre el amor y la alegría, Pedro López como que deja escapar el sufrimiento cristiano y la resignación.

“y pocos saben y sienten
lo que yo ...
Así es,
y qué se puede hacer...”

Los poemas de Pedro López están en plena fragua. Si mi comentario lo hiciera desde el visor del crítico literario, buscaría el auxilio de Alberto Escobar. Pero como profano en Literatura puedo adelantar que el autor de estos poemas saldrá de la fragua límpido. El profano puede decir lo que quiera sin dejar de ser responsable.

Lucas Lavado (2001)

Pedro López Ganvini

TESTIMONIO DE POETA

Si para entenderme sirve

Las emociones son variadas, ricas o tristes en “colores”, fondos y formas, de allí pueden decir que las emociones que motivan experimentar y escribir son desordenadas. He allí tal vez, y en la brevedad de esos momentos, las grandes exquisiteces; que como delicias en agua sucia hociquean los seres que pululan en los vericuetos de tu infidelidad.

La vida y la sociedad, crean o plantean un orden en torno a la cual giramos. Estemos dentro o fuera de las reglas creamos con símbolos, con cuerpos y con palabras mensajes que se guardan en estas hojas.

El orden para unos es la monotonía, el camino imperfecto para la sangre que bulle en las venas cavernosas de tu inmensidad, que pasean antes por tus ojos y tus sentidos.

Y, por el mero hecho de joder me tienen aquí invirtiendo palabras ideas y emociones que en vano pretenden que el orden de los factores no altere el resultado ni el sentido final. Y que la flecha lleve siempre por el rumbo correcto y en el sentido indicado: al hoyo inmenso de la vida correcta.

¿Parte de tu vida oscura y sombría?

Libre o libertino, antojadizo en su mente, en su paladar y en los dedos y en la piel.

Y al bello crepúsculo concluir con espasmos divinos que remecen en las entrañas y sucumbe el alma y el cuerpo.

Pedro López Ganvini

poemas

amigos, aquí algunos poemas:


31 de mayo de 1970

Día triste
tarde oscura
Noche fría y muerta
Miedo, insomnio, ruido fúnebre
vibra la tierra excitada
Calamidad que arrebata vidas
y enmudece el ande
ante su macabra danza
Cruel naturaleza
sólo adobe sobre adobe
a medio milagro quedaron las iglesias,
las casas y las vidas.

De nubes negras quedó la esperanza su color
la polvareda cubrió la juventud
de nevados en lodo se convirtieron
los trozos del majestuoso Huascarán
No teníamos pecados tan grandes
ni perdones, ni maldiciones más que nuestra pobreza
Así se acordaron de nosotros
sólo así supieron que levantamos la mano
para pedir y llorar


Shicashica

Bendita agua hecha hielo
llega raspada en insistentes shic... shic... shic
que convierte en coro Shicashica
Delicioso Huandoy en vaso de cristal
con sabores y aroma a fresa, limón
piña, menta, chocolate y otros.
Miel cada mañana
al rayar el sol
ofrendamos al sol saliente que brilla
e ilumina dichoso hielo
como escarcha que en escamas de peces cristalinos y helados
apiñados en un vaso que baila al ritmo de la cucharita que la derrite
se viste y baña de colores del arcoiris y sabores
Dulce como la tierra que la ofrece
rodeada de abejas como planetas al sol
que pican el dulce y pide picar los labios
de una bella carasina
Como calmar la sed
como rejuvenecer la vida
como refrescar lo trajinado
en cada cucharadita que llega a la boca
y recorre en segundos
el tiempo vivido en esta rica tierra.


Mi tortuga Pancho

De lento caminar
al viento le quiere ganar
sus ganas no le han de faltar
se agita su corazón y presuroso viene
Quiere lechuga, verduras y frutas
aunque aprendió a comer arroz
sin palitos y sin tazón.

Toma agüita para calmar su agitado corazón.

Mi hermano se sube y camina con él
si le fastidia, recoge sus patitas
se cuida y es paciente
A la tarde
cabeza, patitas y cola guarda
hasta el nuevo amanecer

Mi Mota, Peluchín y Pimpón

Mi Mota aunque tiene nombre de panetón
es un perrito juguetón
le gusta jugar con mi pelotón
y aunque renegona rezonga
junto a mí cochecito
me cuida y me acompaña.

Tranquilo es Peluchín que tiene nombre de peluche
pero mi perito chiquito que ni te escuche
que juega en la noche y cerca a mi coche
y hasta la media noche
cuando despierto y pido a llanto mi leche.

Pimpón parece un enorme pericotón
pero es un perrito bribón
que alborota jugando con sus amigos
en el callejón
y duerme y cuida sobre el cajón de melón

Hasta mañana y no me hagan bulla
Mota, Peluchín y Pimpón
les digo gracias de corazón....


Sabor y olor a barrunto

te dicen mi “ruca” linda quienes en ti anidan

A lo lejos desde ya, te diviso
imponente, risueña y alegre
coqueta tus aires llegan a tus pies
de olores provincianos
A tus faldas bailan y te gozan
cada fin de semana ante todos
la rica chicha, Chacalón y Mojarras
menean tus faldas multicolores
Turbulentas como en alta mar
con el viento se agita
y silva al viento entre tus callejones y callejuelas
sudorosa sube los escalones
para besar tus pezones en tu cumbre
y arriba tranquilizar sus ánimos querido Agustino.

Llegan a ti de Barrios Altos y Mendosita y la rica Vicky

No hay Pedros Navajas,
sí cuerpos de piel partida y Sarita Colonia
noches de París no extraño
ron, pisco, chimeneas de vidas que aspiran muerte
Respiran almas hacinadas, cuerpos, letrinas,
comida y pan que no quedó y sudor de hambre y sed

Y confieso que te subo y te bajo
temeroso y atrevido, por encantos
que encuentro entre tus casas
que como rosarios te adornan
te visten y eróticos te dibujan
San Cristóbal, San Cosme, Yerbateros, el Pino
Mercado....., Parada, Tacora, terminal terrestre, carretera central
afiches de noches chicheras y huayneras
Asustan el chistar de botellas que rompen tu corazón
Y bromas que acarician tus leyendas

Ya eres tradición, eres recuerdo
....eres vida eres muerte.


A propósito del juego de manos



que tocar tu piel sería:
Iniciar la travesía más larga
lenta, hermosa y odiosamente deliciosa y desquiciante
Dar luz a un camino
escrito para los hombres que
buscan una guía para la exquisita cómplice de la oscuridad y sus necesidades
Iniciar el beso más largo
donde sucumben sirenas y anclan pasiones a tu lado
versificando a tu calidez
a tu alegría feroz y supongo a tu ardiente pasión contenida
Hechizarme y embobado rodar a tus pies
esquiando por tus faldas aspirando fragancias de pinos y piel humeante
Ingresar a tu bahía
bordear tus islas y saciar mi sed y mi hambre de tus frutos
Revolcarme con tu cuerpo en las arenas tibias
y bañarnos con las olas que salgan de tus profundidades (de mar adentro)
y retorciéndonos como anguilas que se trenzan en tus ilusiones.
la palabra del burro

si hablar pudiera en bruscos aromas
con olor a hierva rancia
rebuznaría sus torpezas
y olores de forraje podrido
con mixturas de aires de Sodoma y Gomorra
que en esperpentos de vidas
se presentan como nobles arrieros.

El pasto es verde
los milicos y tombos también son verdes

si pudiera en delicados y frescos rebuznos
decirte lo hediondo de la vida de larvas humanas